Cuantas veces no hemos escuchado de nuestros amigos y amigas, de spots de radio y televisión, o leído en anuncios de periódico y espectaculares las palabras de ‘cuídate’ ‘protégete’ ‘por que me quiero, me cuido’. Casi siempre estas son aplicadas en cuanto al sexo seguro, prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual, pero, ¿cuando hemos escuchado estas mismas pero refiriéndose al hecho de proteger nuestro corazón? Nuestros órganos físicos son muy importantes y es de vital importancia cuidarlos para vivir sanos y plenos, pero a veces se nos olvida que tenemos un corazón figurativo que también tenemos que cuidar y proteger. Las mujeres por naturaleza somos dadas a entregarlo todo en una relación, y creemos que con el amor que nosotras aportemos con ese será suficiente para que los dos caminemos de la mano sin gran problema. Mucho ojos chicas, el amar, también hay que protegerse. Es muy sencillo cerrar los ojos y caer en relaciones destructivas, relaciones en las que la aportación es 70/30, relaciones desgastantes ya sea por incompatibilidad de caracteres, de ideas, de metas, de horarios, o por que son de naturaleza prohibida o imposible. Hay que abrir bien lo ojos y cerrar un poquito mas el corazón. Al calor de los sentimientos es común que pasemos por alto conductas que a larga, a la hora que por fin abramos los ojos, nunca fue nuestra intención aceptar y vivir con ellas. Hagamos una lista mental de lo que queremos de nosotras y para nosotras y de nuestra pareja y para nuestra pareja, obviamente que con la mente bien centrada en lo que es real y la fantasía, otro error en el que caemos frecuentemente, y tratemos de apegarnos a ese ideal, considerando que puede haber variantes, nadie es perfecto. A la hora de darnos permiso de enamorarnos, recordemos que por más que fantaseemos en que nuestro hombre haga tal o cual cosa para demostrarnos su amor hacia nosotras, será muy difícil, casi imposible logar ver conductas que no son naturales en ellos y que solo tienen lugar en nuestros sueños tele novelescos. Debemos aprender a conocer a la persona, a identificar los rasgos compatibles, esos mismos que enlistamos mentalmente como ideales. Antes de entregar el corazón, fíjate a quien se lo das y que esta dispuesto aquel a darte a ti a cambio. Imagínense que delicia es llegar a casa y ser recibida por un ser maravilloso que te colme de besos y halagos, que se desviva por ti, que te haga sentir deseada, protegida, amada, una mujer completa de pies a cabeza, por que, créanme, si existe pero es de carne y hueso y no un dios bajado a la tierra. Olvidemos al príncipe azul que llega en el corcel a rescatarnos, y mucho mas del chico guapo en su mustang rojo y la cartera llena de dinero. Conozcámonos primero a nosotras mismas, querámonos mucho, valorémonos, cuidémonos como lo más preciado que tenemos que al fin y al cabo, solas llegamos y solas nos vamos a ir. Seamos realistas, pongamos unos minutos los pies en la tierra y solo entonces será cuando podamos abrirnos completamente al amor.
Anonimo
miércoles, 27 de junio de 2007
A la hora de amar, protégete
Publicado por DaNiELa en 17:09 2 comentarios
martes, 26 de junio de 2007
martes, 5 de junio de 2007
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