Si tienes una madre tadavía, da gracias al señor que te ama tanto, que no todo mortal podría, dicha tan grande ni placer tan santo.
Si tienes una madre...Sé tan bueno que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa, pues la que un día te llevó en su seno siguió sufriendo y se creyó dichosa.
Veló de noche y trabajó de día , leves las horas en su afán pasaban, un cantar en sus labios te dormían, y al despertar sus labios te besaban.
Enferma y triste, te salvó de anhelo, que sólo el llanto por su bien querido, milagros supo arrebatar al cielo, cuando ya el mundo te tenía perdido.
Ella puso en tu boca la dulzura , de la oración primera balbuceada, y plegando sus labios con ternura, te enseñaba la ciencia de la vida.
Si acaso sigues por la senda aquella, que va seguro a su feliz destino , herencia santa de la madre es ella, tu madre sola te enseñó el camino.
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